Me duele lo que nunca volverá.
Me duelen los recuerdos.
Me duelen las canciones que nos quedaron sin descubrir.
Me duelen los rincones de Madrid que no hemos arrasado. Los viajes que no planeamos. Lo fingido y lo de verdad. Los años 80 que se olvidaron. Las estrellas.
Las cuerdas de mi guitarra están en proceso de descomposición y la Ginebra no puede con ellas.
Las grietas de mi espalda vuelven. Se expanden, cubren todo mi cuerpo, llegan hasta mis dedos. lo único que me quedaba.
Es normal que no queráis saber nada más de mí. Sólo soy grietas rojas.
Me duele, la cabeza.
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